Pinguino

Pingüino, nombre común de cualquiera de las diversas aves acuáticas no voladoras del hemisferio sur que también reciben el nombre de pájaros bobos (véase Aves no voladoras). El nombre de pingüino se aplicaba originalmente al hoy extinguido alca real del norte del Atlántico, un gran ave no voladora, de color blanco y negro y posición erguida. Más tarde se descubrieron aves no voladoras similares en el hemisferio sur, y también fueron llamadas pingüinos, nombre que hoy ha quedado restringido exclusivamente a estas aves. Al igual que los alcas, los pingüinos son excelentes nadadores.

Las 16 especies de pingüinos propios del hemisferio sur son aves no voladoras adaptadas a la vida acuática. Están aisladas del frío por tres capas de plumas cortas y densas y una capa de grasa subcutánea. Las alas están modificadas en aletas rígidas para nadar bajo el agua, y sus pies palmeados les sirven, junto con la cola, como timones para girar.

La mayoría de los pingüinos tienen el pecho blanco y el dorso y la cabeza negros. Muchas especies exhiben manchas rojas, naranjas o amarillas en la cabeza y el cuello. Debido a que sus cortas patas están situadas en una posición muy atrasada, los pingüinos asumen una posición erguida cuando están en tierra.

Los pingüinos se agrupan en 18 especies y 6 géneros, que en su mayor parte viven en la Antártida y en islas subantárticas. Otros son nativas de las costas de Australia, Sudáfrica y Sudamérica, así como de las islas Galápagos (Ecuador).

Aunque los pingüinos de las Galápagos parecen torpes en tierra firme, son grandes nadadores gracias a sus alas semejantes a aletas. Este pájaro, de baja estatura, ya que un ejemplar adulto no suele medir más de 53 cm, no puede volar. Hembra y macho comparten las tareas parentales de criar a los pequeños, turnándose a la hora de incubar los huevos y de alimentar a las crías. Actualmente, tan sólo existen unas pocas miles de parejas reproductoras en dos de las islas Galápagos. En una de ellas, los perros asilvestrados o cimarrones han supuesto un problema, pero actualmente se están realizando esfuerzos para proteger a los pingüinos.

Fotos de aves 4

El plumaje o el conjunto de las plumas de las aves desempeña diversos papeles. Los de colores intensos, que a veces presentan plumas ornamentales, son importantes en las exhibiciones de cortejo para atraer a la pareja. De igual modo, los machos lo exhiben para tratar de intimidar a otros que compitan por las hembras o por el territorio. Algunas aves están camufladas y se asemejan a su entorno para escapar de la atención de los posibles depredadores. A veces adoptan una postura que intensifica la coloración protectora. Las garzas que viven en los pantanos, llamadas avetoros, se inmovilizan con sus cuellos rayados y sus picos largos apuntando en línea recta hacia arriba, con lo que acentúan su semejanza con los juncos circundantes. Las lechuzas tienen un plumaje similar a la corteza de un árbol. Además, suelen cerrar sus grandes ojos y estirarse tanto que pueden pasar por una rama achaparrada rota. En muchas especies de aves, como en la mayoría de los patos y los faisanes, los machos adultos tienen colores brillantes, mientras que las hembras y las crías, más vulnerables, se confunden con el fondo. Otras especies, entre las que destacan los chorlitos, tienen un patrón de camuflaje que contrasta de forma brusca con el entorno. Esto hace que, cuando el ave está parada, se difumine su perfil y sea difícil de reconocer (es el mismo principio utilizado por las cebras).

Las plumas protegen a todos las aves contra el frío, ya que el aire que actúa como aislante queda atrapado entre ellas. Las especies que deben soportar inviernos especialmente duros generalmente tienen un plumaje más denso que sus parientes de climas más uniformes. Existen tres especies de perdices nivales. Son pequeños lagópodos de las tundras árticas y las montañas altas y las únicas aves que, al igual que algunos mamíferos como los armiños, adoptan un recubrimiento de color blanco, casi puro, que las hace invisibles en la nieve. Las aves nadadoras tienden a tener plumas corporales duras que repelen el agua, detrás de las cuales se extiende una capa densa de plumas cortas y vellosas llamadas plumón. Las excelentes propiedades aislantes del plumón, en especial el de patos y gansos, lo hacen un material apreciado para la elaboración de prendas de abrigo, edredones y sacos de dormir.

La mayoría de las aves adultas mudan, es decir, pierden y reemplazan todas sus plumas, al menos una vez al año. Sin embargo, en algunas aves de gran tamaño, como águilas y grullas, la muda de las plumas de vuelo de las alas puede prolongarse hasta dos años. Estas estructuras están sujetas a desgaste físico, se decoloran y se vuelven quebradizas tras largas exposiciones a la luz del sol. En la muda, las plumas nuevas crecen en los folículos epidérmicos y empujan hacia afuera a las plumas viejas ya muertas. A menudo, los ciclos de muda se correlacionan con otros. Por ejemplo, en la mayoría de las especies migradoras, el plumaje nuevo crece después de la reproducción y antes de la emigración del otoño.

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Las evidencias fósiles y los numerosos análisis biológicos han demostrado que las aves son dinosaurios terópodos. Más específicamente, son miembros de Maniraptora, un grupo de terópodos que incluyen también, entre otros, a dromeosaurios y oviraptóridos. A medida que los científicos han descubierto más terópodos no-avianos que están cercanamente relacionados con las aves, la distinción antes clara entre no-aves y aves se ha vuelto borrosa. Los recientes descubrimientos en la provincia de Liaoning del noreste de China demuestran que muchos pequeños dinosaurios terópodos tenían plumas, lo que contribuye a esta ambigüedad de límites.

La visión de consenso en la paleontología contemporánea es que Aves es el grupo más cercano a los deinonicosaurios, que incluyen a dromeosáuridos y troodóntidos. Juntas, estas tres forman el grupo Paraves. El dromaeosaurio basal Microraptor tiene características que pueden haberle permitido planear o volar. Los deinonicosaurios más basales eran muy pequeños. Esta evidencia eleva la posibilidad de que el ancestro de todos los paravianos pudiera haber sido arbóreo, o pudiera haber sido capaz de planear.Archaeopteryx, del Jurásico Superior, es muy conocido como uno de los primeros fósiles transicionales que fueron encontrados y aportó apoyo a la teoría de la evolución a finales del siglo XIX. Archaeopteryx tiene caracteres claramente reptilianos: dientes, dedos de la mano con garras, y una larga cola similar a la de lagartos, pero tiene alas finamente preservadas con plumas de vuelo idénticas a las de las aves modernas. No se considera un ancestro directo de las aves modernas, pero sí el más antiguo y primitivo miembro de Aves o Avialae, y está probablemente muy cercano al ancestro real. Sin embargo, contradiciendo lo anterior, se ha sugerido por otros autores que Archaeopteryx fue un dinosaurio que no era más cercano a Aves de lo que fueran otros grupos de dinosaurios, y que Avimimus es un ancestro más plausible de todas las aves que Archaeopteryx.