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Aguará guazú

Chrysocyon brachyurus, llamado comúnmente aguará guazú (del guaraní aguará guazú, ‘zorro grande’) o lobo de crin, es un cánido autóctono de las regiones de espesuras y pastizales del Chaco de la Argentina y Paraguay, la llanura beniana en Bolivia, las pampas del Heath en Perú, así como en la cuenca del los ríos Paraguay y Paraná, en Sudamérica.

Es el mayor de los cánidos de América del Sur. Es inofensivo para el hombre y el ganado; sin embargo, la ocupación de su hábitat y la caza lo han reducido a zonas aisladas. Se encuentra registrado en el Apéndice II del listado de especies protegidas de la CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres).
El aguará guazú es corpulento en comparación con otros cánidos silvestres, una impresión reforzada por la densidad de su pelaje y la distintiva melena de crines alrededor del cuello. Alcanza los 107 cm de altura a la cruz, y hasta los 125 cm de longitud, a los que hay que sumar unos 45 cm de cola. Puede alcanzar los 34 kg de peso. La estructura del cuerpo se asemeja a la de un zorro, aunque las patas largas le dan un aire desgarbado muy peculiar.

El pelaje es largo y tupido, de color anaranjado rojizo, más largo en la región del cuello, con el vientre más claro. Presenta marcas negras en el hocico, las extremidades y a lo largo de la espina dorsal, así como otras blancas en la garganta, el interior de las orejas y ocasionalmente en el extremo de la cola.

La cabeza es alargada y pequeña en relación al tamaño del cuerpo; la melena eréctil le permite parecer más grande para amenazar a sus congéneres. Las pupilas de los ojos son circulares, a diferencia de los zorros, que las tienen en forma de elipse vertical. Las orejas son grandes, lo que facilita irradiar el calor para reducir la temperatura corporal. Tiene fuertes uñas en las extremidades delanteras, aunque es incapaz de excavar con ellas. Las patas largas lo dotan de una visibilidad superior en las regiones de pastos altos en las que habita. Como la hiena, mueve las extremidades de un mismo lado al caminar pues le permite ahorrar energía y recorrer grandes distancias; esto deja una huella distintiva.

Son excelentes caminadores, recorriendo los mismos senderos de ida y de vuelta. No necesita correr dado las pequeñas presas que persigue, razón además de su pequeño volumen pectoral. Los individuos se comunican entre sí a través de largas distancias con un aullido ronco, de tono bajo y de alto alcance que le ha dado la fama de lobizón en muchas regiones.

En el año 2009 un estudio de ADN realizado por un equipo científico dirigido por Graham J. Slater, de la Universidad de California en Los Ángeles, confirmó que el pariente más cercano al aguará guazú es el lobo de las islas Malvinas (Dusicyon australis), extinto por los seres humanos en el siglo 19. El estudio confirmó que ambas especies se separaron hace alrededor de 6,7 millones de años. Los cánidos solo lograron colonizar América del Sur hace unos 3 millones de años, en el evento llamado en paleobiogeografía el gran intercambio biótico americano, el cual ocurrió cuando los continentes de América del Norte y del Sur se conectaron gracias a la formación del istmo de Panamá. Esto quiere decir que los linajes de ambas especies llegaron desde América del Norte ya distanciados.

No se han hallado ejemplares fósiles de otras especies del género Chrysocyon, por lo que se supone que evolucionó independientemente desde el Pleistoceno.

Fuente: Wiki Pedia

Zorros del desierto

Fenec o Zorro del desierto, zorro feneco o megaloto, es el nombre dado a un cánido pequeño de los desiertos del norte de África y de la Península de Arabia. Este mamífero carnívoro tiene una longitud (sin incluir la cola ) que oscila entre 35,7 y 40,7 cm; la altura en la cruz es de unos 20 cm, y sólo pesa un kilo y medio, lo que le convierte en el cánido salvaje más pequeño del hemisferio norte. El pelaje es largo, lanoso y suave, y puede tener un color pajizo o bien ser casi blanco. Las plantas de los pies poseen un vello muy denso; la cola es corta en proporción al resto del cuerpo (entre 17,8 a 30,5 cm), poblada y gruesa, a menudo con una mancha negruzca cerca de la base y con el final oscuro. Se parece a su pariente el zorro común, salvo por su hocico más corto y las enormes orejas triangulares, que pueden medir hasta 15 cm de largo. Éstas, no están sólo al servicio del oído, sino que también actúan como pantallas de irradiación, pues facilitan la liberación de parte del calor corporal. Se agrupa en manadas pequeñas cuyo número no supera los diez individuos. Vive en madrigueras excavadas en la arena tapizadas con materiales suaves, tales como mechones de pelo y plumas. Como la mayoría de los zorros, tiene hábitos nocturnos; suele dormir durante el día y sale por la noche en busca de sus presas. Se alimenta sobre todo de ratones, pajarillos, lagartos e insectos, y a veces complementa su dieta con fruta y materia vegetal. Puede subsistir sin agua durante largos periodos, pero cuando la encuentra bebe en abundancia. Hay estudios que sugieren que no la necesita en absoluto. La capacidad del fenec para pasar sin agua durante tiempo indefinido es una adaptación clara a su hábitat desértico. La hembra suele parir una camada de entre dos y cinco cachorros.

Clasificación científica: el fenec pertenece a la familia de los Cánidos (Canidae), dentro del orden de los Carnívoros. Se clasifica como Fennecus zerda (a veces Vulpes zerda).

Lobo

lobo

Lobo, carnívoro relacionado con el chacal y el perro del que se reconocen dos especies y un número variable de subespecies. Las dos especies son: el lobo gris, que vive en Europa, Norteamérica y Asia, y el lobo rojo, que sólo se encuentra en Texas y en el sureste de Estados Unidos. Un adulto de lobo gris puede medir hasta 1,6 m de largo, incluida la cola (algo menos de la mitad de la longitud del cuerpo), y puede pesar hasta 80 kilogramos. La coloración del pelaje suele ser rojo-amarillenta o gris-amarillenta, con manchas negras por el dorso y blancas por el pecho y la zona ventral; sin embargo, los individuos que habitan en el norte pueden ser blancos por completo. El lobo rojo es algo más pequeño que el lobo gris y su coloración es más oscura. Todos los lobos se caracterizan por tener dientes muy poderosos, cola peluda y pupilas redondas. Se diferencian del perro doméstico en determinadas características de los huesos del cráneo.

El lobo puede vivir en hábitats muy diferentes, desde praderas abiertas hasta bosques y zonas de tundra, pero nunca se le encuentra en las montañas de altitud elevada. Es un animal muy sociable; forma grupos familiares y suele cazar en manada, sobre todo en invierno. Se alimenta de venados, renos y otros ungulados, aunque también come pájaros, liebres o roedores. Prefiere atacar primero a individuos enfermos, a los más viejos o a los más jóvenes, pues son más fáciles de capturar. Si el alimento es escaso el lobo también se alimenta de carroña.

La guarida de un lobo puede ser una cueva, un tronco de árbol hueco, la vegetación espesa o un hoyo en el suelo excavado por él mismo. La reproducción ocurre en primavera y la hembra prepara un lecho en el suelo o aprovecha una cavidad natural o la madriguera de algún animal para parir a su camada, que oscila entre una y once crías. A veces los adultos alimentan a los lobeznos con comida regurgitada. Los cachorros permanecen con los padres durante casi un año y ambos (progenitores y crías) constituyen la unidad básica del grupo, que se establece y defiende un territorio marcándolo con orina y heces. En algunas ocasiones se forman grupos mayores, sobre todo en invierno, ya sea porque se reúnan dos familias, o porque se incorporen otros individuos, aunque por lo general las manadas no superan los diez individuos. Los lobos tienen una estructura social muy jerarquizada y muestran modelos de comportamiento concreto para informar de su posición social de dominio o sumisión. Cada manada está liderada por un macho llamado macho alfa y éste copula con la hembra dominante, que a su vez también es llamada hembra alfa. El lobo emite un aullido muy característico que es más fácil de apreciar durante el apareamiento en invierno. Los aullidos también sirven para mantener en contacto a los miembros de la manada, para delimitar el territorio o para advertir de su presencia a otras manadas; la vista y el olfato también juegan un papel muy importante en la comunicación de los lobos.

Aunque los lobos son todavía abundantes en el este de Europa y en Asia, en Europa occidental las poblaciones están más aisladas y en Norteamérica su número se ha reducido mucho. En la península Ibérica está considerado como una especie vulnerable, pues aunque abunda en algunas zonas, en otras casi ha desaparecido, por lo que debe ser protegido; las fluctuaciones en el número de individuos dependen de la intensidad de la caza y del aprovechamiento de nuevas fuentes de alimento por parte de este animal. En Norteamérica son bastante abundantes en Alaska y Canadá, pero su población se reduce mucho en el sur y sólo está presente en el estado de Minnesota (Estados Unidos) y México. La regresión del lobo tiene como causas principales la pérdida de su hábitat natural y su caza por los seres humanos, que siempre han visto a este animal como un competidor y como un peligro. Sin embargo, la realidad demuestra que el lobo tiende a evitar al ser humano cuando se encuentra con él y, además, constituye un eslabón esencial dentro de la red trófica. Por otro lado, la desaparición del lobo en algunos lugares ha producido un aumento de otras especies no siempre deseables, como es el caso de los roedores.

Clasificación científica: el lobo pertenece a la familia de los Cánidos, dentro del orden de los Carnívoros. El lobo gris se clasifica como Canis lupus y el lobo rojo como Canis rufus.