Foca común, nombre común de una foca de tamaño medio que vive en las aguas templadas o frías del hemisferio norte, desde la península de Baja California (México) hasta las islas Aleutianas, en el océano Pacífico norte, desde Florida hasta Groenlandia, en el océano Atlántico occidental, y hacia el sur hasta el norte de España, en el Atlántico oriental. Habita en las aguas costeras de poca profundidad, en bahías, fiordos, estuarios y, algunas veces, remonta el tramo inferior de los ríos. Un adulto de foca común mide unos 2 m de largo; el cuerpo es rechoncho, cubierto por un pelaje corto y espeso, con manchas grises sobre fondo oscuro y las aletas delanteras son cortas. Se diferencia de la foca gris, con la que comparte el mismo área de distribución, en sus orificios nasales, muy juntos y formando una V cuando se mira al animal de frente; además, los ojos son grandes y en el hocico tiene vibrisas fuertes y bien visibles que actúan como órgano sensorial.
La dieta de la foca común es variada; se alimenta de crustáceos y peces planos en el fondo del mar y de invertebrados y peces en las profundidades medias. Comen en solitario y aunque se han visto agrupaciones alimentándose juntas, no se ha comprobado que haya ningún tipo de cooperación entre los individuos. Son animales gregarios y suelen congregarse en las playas hasta formar grupos de varios cientos de animales; sin embargo, a diferencia de otras especies de pinnípedos, las focas comunes descansan sin mantener ningún contacto físico entre ellas. La época de reproducción va desde finales del invierno hasta mediados del otoño. El apareamiento tiene lugar dentro del agua y casi no hay competición entre los machos para copular con las hembras. Se cree que tanto hembras como machos pueden aparearse varias veces durante la estación reproductora. El nacimiento de las crías, por lo general una por cada hembra, ocurre desde la primavera hasta mitad del verano; son oscuras y son capaces de nadar y bucear al poco tiempo de nacer. La foca común ha sido muy perseguida y cazada durante cientos, probablemente miles de años; se aprovecha su carne para comer, su piel para fabricar vestidos y su grasa como combustible para alumbrar. También han sido cazadas en algunos lugares por considerarla como un competidor para el ser humano. A finales de 1980, la enfermedad del moquillo acabó con miles de focas comunes en toda Europa. Las focas comunes suelen acumular y transportar en los tejidos de su cuerpo cantidades elevadas de sustancias químicas, como metales pesados, bifenilos policlorados (PCB) y DDT, debido a su proximidad con el ser humano y sus actividades industriales. Las focas comunes se han convertido en una atracción popular para el turismo ecológico.
Clasificación científica: la foca común pertenece a la familia de los Fócidos, dentro del orden de los Pinnípedos (algunos autores lo consideran como un suborden, de modo que las focas pertenecerían al orden de los Carnívoros). La foca común se clasifica como Phoca vitulina y se considera dividida en cuatro subespecies, aunque es necesaria una revisión taxonómica más profunda.